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Tipos de celulitis: diferencias y cómo tratar cada uno

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En un ranking de los problemas cutáneos que más preocupan a las mujeres, la celulitis sería probablemente el número uno. Pero ¿sabías que no todas son iguales, que hay varios tipos?

Y es que las estadísticas no mienten, en algún momento vamos a padecerla en una u otra parte de nuestro cuerpo. O en todos a la vez.

Pero vamos a centrarnos en algo positivo: su eliminación. Y para poder erradicarla del todo hay que saber qué tipo de celulitis presentamos con la finalidad de aplicar el tratamiento más adecuado.

No todos los tipos responden por igual a los cosméticos y tratamientos, de ahí que el diagnóstico inicial sea muy importante.

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Pero empecemos por lo básico: ¿Qué es la celulitis?

Básicamente es una acumulación de células grasas que han aumentado de tamaño y empujan el tejido conectivo situado justo debajo de la piel.

Esta presión hace que la piel se muestre abultada y con hoyuelos, de ahí que se suela denominar piel de naranja.

Con esto claro, vamos a sumergirnos en los diferentes tipos que hay y cuáles son las claves para eliminar cada uno.

Los principales tipos de celulitis

Blanda o suave

También se conoce como celulitis de primer grado o flácida. La acumulación de grasa es la principal causa, y por eso es más visible cuando nos acostamos que cuando estamos de pie.

Además, no se caracteriza por ser dolorosa al tacto, aunque su textura es muy particular.

Es común que se acompañe de flacidez de la piel fundamentalmente por el aumento de volumen. Y suele salir principalmente alrededor de las caderas, muslos, nalgas y brazos.

A medida que vamos cumpliendo años, las fibras tanto de colágeno como de elastina presentes en los tejidos acaban por debilitarse, lo que aumenta el deslizamiento de la piel sobre los tejidos y los músculos, y, con ello, la aparición de esa incómoda y molesta flacidez.

A lo que se le suma la formación de los típicos hoyuelos.

Tipos de celulitis

El mejor tratamiento para este tipo:

Una de las principales “ventajas” de este tipo de celulitis es que es una de las más fáciles de tratar.

Te recomendamos que empieces con los cosméticos especializados, es decir, las cremas anticelulíticas. En especial las que cuentan con ingredientes que favorecen la rotura de las células grasas.

Para este propósito, la cafeína y la L-Carnitina serán tus mejores aliados. Pero vigila que los activos estén en altas concentraciones para que de verdad hagan efecto.

Ten en cuenta que debes ser muy contante y asidua en su uso, aplicándolo con movimientos enérgicos en sentido circular ascendente para favorecer el retorno venoso.

Bajar de peso puede ayudar en esta ocasión a la hora de eliminar los depósitos grasos, a la vez que propicia una mejor circulación y un mejor tono de la piel.

Sin embargo, no bajes demasiado rápido, o crearás más flacidez.

También es muy apropiado adoptar una dieta saludable, preferiblemente baja en grasas malas y carbohidratos simples.

Con estas sencillas pautas ya tienes casi todo hecho. No te rindas y lograrás lo que te propones.

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Dura o sólida

De acuerdo a los expertos, este tipo es más difícil de tratar debido a que en la mayoría de las ocasiones aparece como resultado tanto del desarrollo como de la compactación de la celulitis a lo largo de los años, por el sobrepeso y el sedentarismo.

Es una etapa más severa, motivo por el cual es clasificada como de segundo grado.

Puede identificarse fácilmente porque aparece en forma de depresiones profundas a simple vista. Y también es habitual que pueda doler ligeramente al tacto.

Y también es común que se localice en muslos, alrededor de las algas y las caderas, con una apariencia compacta.

Incluso las mujeres que siguen un estilo de vida activo y una alimentación saludable pueden llegar a sufrirla.

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El mejor tratamiento para este tipo:

No hay nada mejor que actuar rápidamente para mejorar el aspecto de la piel cuando tienes celulitis dura. Y aún así, hay que tener paciencia para poder ver resultados positivos.

Los tratamientos anticelulíticos de calidad pueden ser de mucha ayuda a la hora de reducir los acúmulos de grasa, y mejorar la textura y el tono general de la piel.

Sobre todo cuando son aplicados dos veces al día (mañana y noche), durante varios meses.

Sin duda, eliminar cualquier tipo de azúcar, hidrato de carbono refinado y grasas saturadas es lo más inteligente.

Y sobre todo practicar ejercicio de cardio y de fuerza, como sentadillas, puentes, peso muerto, o monster walks. Todos los días.

Existen también otras opciones útiles que pueden ayudarte a avanzar más rápido. Por ejemplo, podemos mencionar las técnicas de endermología, que consisten en levantar y separar la celulitis del músculo.

Además, en los últimos años los expertos utilizan inyecciones con una combinación de extractos naturales, nutrientes y medicamentos, aplicadas en la capa del mesodermo, que ayudarán a tratar eficazmente el problema debajo de la superficie de la piel (mesoterapia).

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Edematosa

Clasificada desde un punto de vista médico como de tercer grado, se diferencia de las anteriores en que es la forma más grave de celulitis.

Puede llegar a formarse como consecuencia de una mala circulación de la sangre y una acumulación de líquidos. Es decir, cuando aparece, quizás haya un problema de origen circulatorio el cual debe tratarse debidamente.

Al tacto suele ser bastante dolorosa, especialmente cuando pasamos sentados demasiado tiempo en una misma posición.

En ocasiones, cuando se desarrolla muchísimo, puede llegar a alterar la forma normal de las piernas, haciendo que se hinchen. Cuando esto ocurre, la celulitis puede ser muy dolorosa.

También puede originar la aparición de otras molestias habituales, como hinchazón, cansancio, calambres y retención de agua.

Es más, puede ocasionar acumulación de líquidos y la aparición de una condición muy común en estos casos: piernas cansadas.

Por otro lado, aún cuando suele surgir en mujeres de mediana edad, se caracteriza por ser un tipo de celulitis poco común.

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El mejor tratamiento para este tipo:

El tratamiento, según los expertos, debe enfocarse en un primer momento a abordar cualquier tipo de problema que exista con la circulación, y a reducir al máximo la acumulación de líquidos.

Esto es importantísimo, en especial si tenemos en cuenta que ambas condiciones consideradas como factores contribuyentes a su aparición.

Siempre y cuando lo recomiende el especialista, las medias de compresión pueden ser de cierta utilidad, al igual que practicar ejercicio físico de manera activa y regular, como: caminar o correr suavemente, andar en bicicleta, nadar o, en definitiva, cualquier tipo de ejercicio físico de bajo impacto.

También ayuda los baños helados y la presoterapia.

En cuanto a la textura y el tono, no olvides utilizar una crema anticelulítica todos los días. Con los ingredientes adecuados, también ayudará a mejorar el retorno venoso y la acumulación de fluidos.

Después de descubrir cuáles son los distintos tipos de celulitis que existen, y cómo tratar cada uno de ellos, no hay duda de que lo mejor es siempre prevenir que curar.