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Métodos de limpieza dental
Tener una buena y completa higiene bucal es algo sencillo de conseguir y muy importante de llevar a cabo ya que a mayor limpieza bucodental menor riesgo de padecer algunas enfermedades como la gingivitis, enfermedades del estómago e incluso cardíacas.
Hay muchas opciones para la higiene bucal, siendo todas ellas métodos complementarios como el cepillado de dientes, el uso de hilo dental, de un colutorio y el irrigador bucal.
Nos vamos a centrar en dos de ellas: el uso del irrigador bucal y el hilo dental. El irrigador dental es un aparato que funciona gracias a un chorro de agua a presión cuyo objetivo es conseguir una limpieza más profunda en aquellas zonas más complicadas de acceder y más blandas de la boca como la encía y el principio de los dientes.
Se trata de un método a través del cual se consigue una limpieza bucal más completa que deja la encía más sana y que elimina más placa bacteriana, reduce el sangrado de las encías y previene en mayor medida la aparición de caries y sarro, entre otros beneficios. Una de las marcas referencia en lo que a irrigadores bucales se refiere es Waterpik.
Por otro lado está el hilo dental. Una cuerda muy fina que comenzó siendo de seda y que con el paso de los años se ha ido fabricando en nailon llegando incluso a encontrar hilos dentales con diferentes sabores e incluso filamentos. La principal labor de este método es eliminar la placa bacteriana y el sarro además de prevenir la gingivitis y la halitosis.
Los expertos en salud bucodental recomiendan el uso de hilo dental a diario para poder eliminar los restos de comida que se encuentran en zonas donde el cepillo de dientes no puede acceder. Es cierto que el uso excesivo del hilo dental puede provocar un debilitamiento en las encías por lo que tampoco hay que abusar de él. Se suele usar el hilo dental como opción de limpieza bucal cuando se come fuera de casa y no se lleva un cepillo de dientes aunque en realidad se trata de un método complementario al cepillado de dientes.
¿Qué es más efectivo: el irrigador bucal o el hilo dental?
Entre los profesionales del sector bucodental no hay unanimidad de criterios a la hora de afirmar con rotundidad cuál de las dos técnicas es más efectiva a la hora de conseguir una buena y completa higiene bucal.
El hilo dental es un método que se lleva usando desde hace siglos mientras que el irrigador bucal tiene pocos años de vida aunque sí es cierto que cada vez son más los dentistas que recomiendan su uso.
Hay personas que tienen el concepto de utilizar el hilo dental como método sustitutivo del cepillado de dientes sobre todo cuando se come fuera de casa mientras que el irrigador bucal se usa como complemento del cepillado de dientes.
Una de las razones por las que se usa cada vez más el irrigador bucal es porque aquellas personas con sensibilidad o que tienen algún tipo de enfermedad en las encías como la gingivitis no pueden usar el hilo dental mientras que el irrigador lo pueden usar sin ningún tipo de problema.
Hay estudios que revelan que el irrigador bucal es más efectivo en un 50% que el hilo dental en lo que a reducir enfermedades y sangrado de las encías se refiere y en un 29% en la eliminación de placa bacteriana.
Otro de los beneficios de usar el irrigador bucal es que gracias al chorro a presión de agua que expulsa entre la encía y los dientes, llega a zonas donde no llegan ni el cepillo de dientes ni el hilo dental como por ejemplo las muelas del juicio o el espacio entre la encía y la raíz del diente.
Lo que queda claro es que para una correcta higiene bucodental hay que usar a diario el cepillo de dientes, tres veces al día, junto al hilo dental o al irrigador bucal, usando este último una vez al día preferiblemente por la noche y tras haberse cepillado los dientes con la última comida del día.
Limpiar brackets: hilo o irrigador dental.
Como ya hemos destacado en numerosas ocasiones, tener una correcta higiene bucal es muy importante pero lo es más aun cuando se tiene una ortodoncia ya que las personas con brackets corren un mayor riesgo de acumular placa bacteriana y desarrollar caries, y para ello el método más eficaz es el uso del irrigador bucal.
Esto se debe a que el irrigador accede a aquellas zonas que ni el cepillo de dientes ni el hilo dental pueden llegar como las muelas del juicio o entre los alambres de los brackets. Además el chorro de presión de agua del irrigador, que se puede regular en función de cada persona, permite que los restos de comida salgan más fácilmente sobre todo en la zona entre la encía y el diente sumado a que el irrigador reduce la presencia de bacterias en la boca.
La mayor eficacia del irrigador sobre el hilo dental reside en el uso, sobre todo en las primeras veces. Mientras se coge el truco al uso del irrigador el único mal mayor que puede haber es que pongas el lavabo perdido de agua mientras que con el hilo la encía puede llegar a sangrar por ejercer una excesiva presión y generar dolor en la encía.
En cuanto a cuál de los dos métodos es más fácil de usar, podríamos decir que el irrigador bucal. Esto se debe a que la presión que hay que ejercer sobre la encía y los dientes la realiza el propio irrigador gracias al chorro a presión de agua que expulsa y cuyo nivel presión se regula fácilmente y en función de cada persona.
Mientras que la presión que hay que hacer con el hilo dental la ejercemos nosotros mismos y por esa razón puede haber zonas donde se ejerza más presión que en otras e incluso se puede provocar un sangrado en las encías mientras que con el irrigador la presión es la misma en todas las zonas de la boca.
Dicho esto hay que recalcar la importancia de no concebir el irrigador dental como elemento sustitutivo ya que para la correcta higiene bucodental hay que cepillarse los dientes tres veces al día y usar el irrigador bucal una vez, preferiblemente tras la última comida del día.
Portabilidad del irrigador bucal
Una de las mayores ventajas que ofrecen los irrigadores bucales es que se pueden encontrar de diferentes tipos. Waterpik oferta irrigadores con depósito, portátiles y acoplados al grifo.
Si eres una persona que tiene espacio en el lavabo la opción del irrigador dental con depósito incorporado para llenar de agua, es la más recomendable y la que más se usa aunque bien es cierto que es la opción que ofrece un tamaño más grande. Va enchufado a la corriente eléctrica.
Conclusión
Si eres una persona que viaja mucho, el más recomendable es el irrigador bucal, es el de menor tamaño, va por batería y suele durar de uno a dos meses. Y por último está la opción del irrigador dental acoplado al grifo, no necesita ni enchufe ni va por batería y la presión de agua se controla con la propia manivela del grifo además se puede acoplar tanto al grifo de la ducha como al del lavabo.